Cada rabel es un nuevo alumbramiento. (...)

He estado en el bajo, rodeado de mis queridos instrumentos musicales. Poco a poco, espero ir contando aspectos de todo tipo relacionados con el rabel. Un instrumento de cuerdas frotadas, del que ya nos hablaba D. Miguel de Cervantes (el Manco de Lepanto) en "Don Quijote de la Mancha" poniendo sus sones en boca de un cabrero. Tiempo habrá.

He estado colocando un pegote de resina en el dorso de los últimos rabeles que he construido esta temporada, justo encima de la firma y el año de construcción. También he estado preparando las cuerdas de los mismos, sacándolas y estirándolas del cable retorcido de un freno de bicicleta. Me queda la parte definitiva y más emocionante: colocar las cuerdas en las clavijas y PROBAR EL SONIDO. Cada rabel es un nuevo alumbramiento. (...)